No es que haya dejado de quererte. No es eso. Es solo que a veces, por momentos, en cierta etapa de la vida, uno siente que hay que simplemente… decir adiós. Espero estar en lo correcto, no equivocarme, y por sobre todas las cosas, no extrañarte… demasiado. Estuvimos muchos años juntas, fuimos grandes amigas. Sabes muchas cosas de mi, se muchas acerca de tu vida. Pero te equivocaste, y… me equivoque. Y nuestro mayor error es no haber estado dispuestas a arreglar las cosas, ¿Por qué? Porque algo estaba quebrado mucho antes de romperse completamente. Y… ¿Por qué creo que es lo correcto? Por que ya no confío en vos y no quiero lastimarme, y mucho menos lastimarte. Me decepcionaste, me humillaste, pero por sobre todas las cosas me mentiste, y si, posiblemente hubo algo en mí que hizo que eso ocurriera, pero sin embargo nunca lo mencionaste, y me seguiste lastimando. Nunca lo hablamos, no nos preocupamos cuando debíamos hacerlo, lo dejamos pasar… y por supuesto, pasó. Y fue una lucha, una guerra, una gran batalla; Y siguió porque no te interesa perder y a mi no me interesa que me ganes. Y odio que todo esto pase. Quiero despertarme y decir “Bueno hoy la perdono, quiero volver a ser su amiga” Pero no puedo perdonar a alguien que no quiere mi perdón, es patético y… absurdo. Por eso dije adiós, porque todo cambió, y mi amiga dejo de ser quien era, en quien confiaba, con quien soñaba, con quien cantaba. Dejo de ser la persona que me hacía feliz, dejo de ser mi amiga.
Y ahora solo quedan recuerdos del tiempo que no va a volver
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