YOU MAKE ME LAUGH

El mundo está enfermamente loco y yo ya no se qué más hacer. No lo entiendo a él, y aunque me hace feliz pensar en volver a verlo, me altera los nervios que de tantas vueltas, que haga las cosas tan complicadas. Es que estoy acostumbrada a sus jueguitos de idas y vueltas, de "si, te quiero ver" "mejor no, estamos bien así" "mira que no vamos a volver a estar juntos" "serías la novia ideal para mi si no fuese porque no quiero tener novia" y etc, pero una siempre tiene la esperanza de que cambie, de que por fin ésta vez sea diferente; de que se acuerde lo felices que éramos y quiera volver a sentirse así, tan pleno como me sentía yo cuando estábamos juntos.Y cada momento que pasa es una nueva oportunidad para hacerme quedar como una idiota, para perder un poco más de dignidad aunque piense que ya no me quedaba. Le mando un mensaje diciéndole que lo extraño, me responde, hablamos, todo es perfecto; con miedo le pregunto si nos podemos ver, me dice que si... "nos podemos ver antes de que entres al trabajo", dale, buenísimo, entro a las dos. Chau, no contestó más. Le escribo al otro día, me dice que se había quedado sin crédito y que mi último mensaje le había llegado cortado, se lo repito... no vuelve a contestar. Esta bien, ¿A qué estás jugando? ¿Te quedaste otra vez sin crédito? Bueno, quizás una mente relajada pensaría que sí, o que no tiene señal, o que está ocupado, cosas normales. Pero yo no puedo pensar así porque soy catastrófica y porque es Lautaro, y él siempre hace esas cosas, y no entiendo ni nunca voy a entender por qué. Si no lo quisiera tanto no estaría así de hinchapelotas, pero claro, lo tengo que extrañar y querer tanto que dejo el celular lejos y en vibrador para no estar pendiente y lo voy a buscar cada dos minutos esperando encontrar una respuesta suya. 

Sin dudas necesito empezar a escribir nuevas historias porque éste libro ya lo leí, y se cómo termina.